No se preocupe. Sea feliz. Así es cómo
“La preocupación no vacía el mañana de sus problemas. Hoy se vacía de su fuerza '. ~ Corrie Ten Boom
Todos nos preocupamos
Todos nos preocupamos. ¿Qué pasa si pierde todo: su casa, su automóvil y su trabajo? ¿Qué pasa si su hijo nace con un defecto de nacimiento o una enfermedad grave? ¿Qué pasa si su cónyuge lo deja por alguien más atractivo, más inteligente y más rico? ¿Qué pasa si pierde una extremidad en un horrible accidente? ¿Qué pasa si es víctima de un crimen violento o un ataque terrorista? ¿Y si Trump cumple otro mandato? ¿Y si muere tu mamá? Y si…
Las palabras 'qué' y 'si', cuando se combinan, forman una de las fuerzas más poderosas y debilitantes del mundo: la preocupación. “Y si” es la base, el pegamento y la fibra misma que construye nuestros peores miedos. La preocupación nos afecta a todos. Nadie, independientemente de su edad, raza, origen étnico, nivel socioeconómico o afiliación religiosa, está exento de preocupaciones.
Superar la preocupación
Cuando trabaje para superar los pensamientos omnipresentes y preocupantes, primero debe darse cuenta de que sus miedos son válidos y posiblemente podrían materializarse sin importar cuán exagerados sean. El antídoto para la preocupación es aceptar el hecho de que donde quiera que esté, incluido su pasado, presente o futuro, es exactamente donde debe estar. Es un conocimiento profundamente arraigado que cada situación a la que te enfrentas, sin importar cuán buena o mala sea, es exactamente lo que necesitas.
Cambiar los hábitos requiere tiempo y esfuerzo. Preocuparse es un hábito. Tratar simplemente de no pensar en los miedos no va a ser suficiente. Debe reconocer los pensamientos preocupantes a medida que suceden y trabajar activamente para cambiar su perspectiva y aceptar su posición y situación actual.
Aquí hay algunas cosas prácticas y fundamentales que puede hacer que no solo transformarán su pensamiento, sino que lo convertirán en una persona más positiva y productiva: