Cuando mi depresión me silencia

En las sombras. En el silencio.
El ciclo del silencio depresivo
Ha pasado algún tiempo desde que vi los síntomas de mi depresión. Recientemente, sin embargo, no pude evitar notar que los viejos ciclos de esos síntomas reaparecían y volvían a aparecer. Duermo más horas, me aislo, siento una gran irritación y desesperanza y, finalmente, pierdo el sentido de la comunicación.
Desde que era joven, tal vez en mi escuela secundaria hasta los primeros días de la escuela secundaria, pasaba días sin hablar con nadie. En esos momentos me sentía entumecido mental y físicamente. La vida se sentiría como una distracción distante. No sabía cómo decirles a los demás que estaba luchando, así que me quedé en silencio. Mientras caminaba como un zombi sin vida, no podía expresarme de la manera que normalmente podía. Me quedé en silencio y no pude hablar. Esos momentos de silencio mi cerebro me convenció de que estaba exagerando y debía sufrir en silencio. Me encerré y lloré en silencio.
En otros momentos, los que son relativamente recientes en los últimos dos meses, incluso estaría rodeado de personas que amo y todavía tendría un episodio depresivo mientras estaba en público. Esos momentos están llenos de lágrimas y boca cerrada, ojos que miran y miradas de confusión y críticas. Un pensamiento, un recuerdo, una sensación de soledad pueden conducir a un momento explosivo de dolor abrumador. Y todo lo que puedo pensar es por qué. Mi mente lógica está criticando mi reacción mientras que mi depresión inunda mi mente con pensamientos, ideas y escenarios que son irracionales y tontos. Ahora soy incapaz de comunicarme, así que en lugar de eso, alejo a los que me rodean con vergüenza mientras huyo silenciado por mi propia confusión mental. ¿Que pasa conmigo?
Poner fin al silencio de la depresión
Si bien este fenómeno del silencio no es nuevo, estoy haciendo un mejor trabajo al notar la culminación de ideas y pensamientos que podrían conducir a él. Con la esperanza de superar esta reacción, me comunicaré más con aquellos que escuchen mis gritos y sugerencias silenciosas. Hablaré, pediré ayuda, exigiré lo mejor para mí y no me dejaré silenciar por mis propias tendencias depresivas.
La depresión tiene una forma astuta de convencerte de que tu vida no importa y para poder luchar contra esos momentos de desesperanza, debes tener una mayor fortaleza mental para superar esos pensamientos. Algunos pensamientos pueden ser sutiles y repentinos, otros pueden persistir, pero siempre debes convencerte de que eres una vida que vale la pena vivir y escuchar. No se silencie con la esperanza de evitar la irritación o la falta de atención de otra persona. Hay personas que se preocupan por ti y tu bienestar. Encuentre a esas personas y sepa quiénes son.
Mientras sigo aprendiendo a través de mi depresión con la esperanza de superarla, envío buenas vibraciones y esperanza a aquellos que sufren en silencio. No te silencies más. Tu voz es esencial y tu vida aún más. Lucha por tu derecho a ser escuchado a través de tu lucha. Lucha por tu vida porque perteneces aquí.